La humanidad cumple medio año lidiando con el nuevo coronavirus y es el momento oportuno para tener más claros que nunca los hechos científicos, diferenciarlos de las fake news y otros mitos sobre esta enfermedad

La humanidad cumple medio año lidiando con el coronavirus y México más de 100 días desde el primer caso positivo. Aunque a estas alturas parece que ya hemos escuchado toda la información necesaria sobre esta pandemia, lo cierto es que ni las fake news ni los rumores descansan y mientras siga el semáforo COVID–19 en nuestro país en rojo, será imposible relajar las medidas de confinamiento y aplanar la curva.

Este es un listado con los hechos basados en evidencia científica más relevantes sobre el contagio, la enfermedad, las medidas de higiene y las situaciones de riesgo que debemos evitar para resultar enfermos:

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1. El coronavirus sólo puede acceder al organismo a través de los ojos, la nariz o la boca

Las gotas microscópicas que expulsan personas enfermas cuando hablan, estornudan o tosen pueden viajar aproximadamente 2 metros de distancia, pero no se mantienen en el aire y no podrán contagiarte si mantienes una sana distancia. Esa es la única forma confirmada por ahora en que alguien puede contagiarse.

2. Cubrebocas, ¿sí o no?

Uno de los temas más enredados sobre prevención es el uso de cubrebocas. Aunque al principio la OMS señaló que no era necesario utilizarlo, hoy tanto la Organización Mundial de la Salud como el resto de países miembros consideran que es una medida auxiliar para evitar contagios y se recomienda su uso en exteriores, especialmente por personas enfermas (y que no lo saben).

No obstante, debe utilizarse correctamente para no aumentar el riesgo de contraer coronavirus y su uso puede llevar a una sensación de falsa seguridad que relaje las tres medidas más efectivas para evitar contagios, el aislamiento social,  la sana distancia y el lavado frecuente de manos.

Conoce más en ¿Qué tan útiles son los cubrebocas para evitar el contagio de COVID–19?

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3. Lavar ropa y superficies

Hoy sabemos que el coronavirus no viaja a través de los alimentos y que puede impregnarse en ciertas superficies, pero se desactivará al cabo de un par de horas. No es necesario que laves tu ropa con cloro, dejes tus zapatos en la entrada o desinfectes absolutamente cada espacio al llegar si no hay nadie enfermo en casa. 

El lavado de manos frecuente y el correcto uso de la mascarilla al llegar a casa son medidas eficaces para protegerte.

4.No existen remedios mágicos contra el coronavirus

No existe ninguna evidencia científica de que beber limón, bicarbonato de sodio, tomar una aspirina, consumir líquidos calientes, consumir preparados con ajo o miel, piña, eucalipto o aguacate; consumir alcohol o hacer gárgaras con vinagre o enjuague bucal ayude a prevenir o curarse de coronavirus.

 Los remedios mágicos y las soluciones milagrosas que se comparten en cadenas de WhatsApp o publicaciones de redes sociales pueden poner en riesgo tu salud, especialmente las relacionadas con beber cloro y otras prácticas potencialmente graves.

5. Tratamiento y vacunas contra el coronavirus

Es cierto que en la actualidad se desarrollan decenas de prototipos para obtener una vacuna efectiva y segura contra el coronavirus en el menor tiempo posible. 

Las noticias sobre el avance de inmunizaciones realizadas en China, Rusia, Inglaterra o Estados Unidos son prometedoras; sin embargo, los estudios, la investigación y las pruebas necesarias para aprobar una vacuna son largos y ninguna inmunización llegará al menos hasta 2021.

Además, aunque se mantienen ensayos internacionales en busca de algún fármaco efectivo, al día de hoy no se conoce ninguno capaz de curar el nuevo coronavirus.

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6. Las personas con el nuevo coronavirus recuperan la salud

La enorme mayoría de contagiados de coronavirus cursarán la enfermedad con síntomas leves (o sin ellos), como si se tratara de una gripa. Al cabo de dos semanas, el sistema inmune se sobrepondrá al virus y volverán a estar sanos. 

El coronavirus no se mantiene para siempre en las personas que fueron contagiadas. Una persona con síntomas puede contagiar más fácilmente porque es muy probable que su carga viral sea alta, pero una vez pasadas dos semanas, esta recuperará la salud. 

Es muy probable que las personas recuperadas de coronavirus desarrollen inmunidad, pero aún no existen evidencias contundentes que expliquen durante cuánto tiempo y qué tan efectiva resulta para evitar una segunda infección. 

7. Mucho más que una gripe

A pesar de que se trata de un virus clasificado como tipo 2 del síndrome respiratorio agudo grave (SARS-CoV-2), los médicos hoy saben que el nuevo coronavirus no solamente causa estragos en el sistema respiratorio atacando a los pulmones, también mediotiene el potencial de afectar el hígado, los riñones el sistema circulatorio y hasta el cerebro.

Distintos casos documentados en China, Francia y Nueva York demostraron que algunos pacientes jóvenes y fuera de los factores de riesgo pueden presentar encefalitis y derrame cerebral, además de formación de coágulos y por lo tanto, una probabilidad alta de sufrir una trombosis. 

El coronavirus no es una gripe cualquiera, sino un virus peligroso que en pacientes con enfermedades crónicas puede colapsar la salud en pocas horas.

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8. ¿Dónde es más probable contagiarse?

Distintos estudios han demostrado que la enorme mayoría de contagios de coronavirus ocurren en interiores, especialmente en sitios donde resulta muy difícil mantener una sana distancia, como el transporte público, una oficina o un concierto en un espacio cerrado.

Pero no todo son malas noticias: esto sugiere que los espacios abiertos como parques, plazas, bosques son mucho más seguros, siempre y cuando se mantenga una sana distancia entre las personas. El futuro de los encuentros sociales post pandemia obligará a restaurantes, centros comerciales y demás establecimientos a llevar sus actividades al aire libre, a terrazas o mesas en el exterior.

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9. Barba y joyas, ¿debo quitármelas para evitar contagios?

Una de las medidas más sonadas mientras nos preparamos para el regreso a las actividades cotidianas y el inicio de la ‘nueva normalidad’ es la sugerencia de quitarse la barba y dejar de portar joyas para disminuir el riesgo de contagio, especialmente en el lugar de trabajo.

Aunque en México esta sugerencia se realizó de forma oficial por la Secretaría del Trabajo y no es obligatoria (su aplicación depende de los empleadores), llevar la barba recortada y lavarla todos los días es una medida de higiene que se suma a las ya conocidas, mientras que respecto a las joyas, basta con usar etanol, agua oxigenada o cloro para desactivar el virus eficazmente en un minuto.

10. El final de la pandemia

El caso de China, el sitio donde comenzó el brote y Europa, una de las regiones más golpeadas por el virus, demuestran que con disciplina y siguiendo las medidas de prevención de las autoridades de salud, es posible reducir al mínimo el número de contagios y de víctimas letales, hasta iniciar con una desescalada del aislamiento social y transitar hacia una ‘nueva normalidad’.

El final del brote de coronavirus que puso en jaque al mundo entero está cerca; sin embargo, es muy probable que tengamos que acostumbrarnos a vivir de cerca con este virus, al menos hasta que exista una vacuna o tratamiento seguro y accesible para la mayoría de la población.