No, tus vacunas no terminan cuando eres niño. Estas son las poderosas razones por las que deberías continuar con las inmunizaciones aún en tu vida adulta

La emergencia del coronavirus y los recientes brotes de sarampión en personas mayores de 30 años han renovado el interés por las vacunas. Especialistas en infectología que asistieron al Tercer Simposio «Juntos por la Vacunación» y el Doctor Carlos Franco-Paredes destacaron siete beneficios que esta intervención tiene de los 20 a los 59 años. Aquí te las resumimos:

Contribuyes a la salud de tu comunidad

Porque al ponértela, funcionas como escudo de aquellas personas que no tienen acceso a ellas o que por alguna enfermedad autoinmune (HIV, esclerosis múltiple..) o tratamiento (quimio o radioterapia, corticoesteroides) no pueden aplicarse las vacunas de patógenos atenuados.

Proteges a poblaciones vulnerables

Con vacunas como la triple que incluye a la tosferina y la cual se debe aplicar en cada embarazo o cada 10 años (su protección disminuye con el tiempo) para no contagiar de esta enfermedad bacteriana a los menores de 6 años, ni a la gente de la tercera edad que está a su cargo y en los cuales puede ser mortal.

Evitas enfermedades que se complican en esta etapa

Como la varicela y la hepatitis A. La primera puede provocar neumonías y encefalitis, y la segunda insuficiencia hepática aguda cuando se tiene alguna afección del hígado. Sus vacunas no están incluidas en ninguno de los esquemas de vacunación pero pueden aplicarse en el sector privado.

Previenes padecimientos cuando sales de tu ciudad

Pues hay algunos que son muy comunes en otros países o tipos de viaje (de voluntariado o al aire libre). Algunas de estas vacunas son la de la fiebre amarilla, meningococo, tifoidea y rabia. Para que te protejan, se recomienda ponérselas con un especialista en medicina del viajero 3 o 4 semanas antes del viaje.

Te libras de brotes de enfermedades

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Que alguna vez sorprendieron al mundo como ocurrió con la influenza en 2009 y que ahora puede controlarse con la aplicación de una vacuna que se modificada cada año (por las mutaciones que este patógeno presenta) y se inyecta entre octubre y marzo. 

Disminuyes el riesgo de desarrollar ciertos cánceres

Como el del cuello uterino, anal y el de hígado, que se desarrollan por el Virus del Papiloma Humano (los dos primeros) y el de hepatitis B (el último). Si no te tocó que tus cartillas de vacunación la tuvieran cuando eras niño o adolescente, búscalas en el sector privado.

Llegas a la tercera edad con buena salud

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A partir de los 50 años el sistema de defensa sufre una baja que facilita la adquisición de enfermedades como el herpes zoster y el neumococo. De ahí, que las vacunas contra estas afecciones (que generan neuritis y neumonías, respectivamente) se recomienden a mediados de esta década.

Para encontrar más información de estas y otras vacunas visita los sitios de la Asociación Mexicana de Vacunología y el de la clinicadelviajero.com.mx.