Moretones, calambres o fracturas: estas son las lesiones sexuales más comunes
El sexo es una actividad de acciones y reacciones. Y al igual que cualquier otra, siempre existe la posibilidad de sufrir lesiones sexuales. Tú no quieres ser como esa pareja de Malasia que quedó literalmente atrapados durante el coito y que tuvieron que llevar al hospital para separarlos por la fuerza. Es cierto, todo mundo obtiene de vez en cuando unas cuantas lesiones sexuales en la guerra de los sexos. Pero aquí vamos a mostrarte cómo evitar que te ocurran a ti.
Lesiones sexuales más comunes:
Moretones
Los moretones son una de las lesiones sexuales muy comunes. Ya sea que te caigas de la cama, que la furia del vaivén sea demasiado fuerte, o que te chupen con pasión, vas a tener un moretón. En el caso de los chupetones los vasos sanguíneos se rompen y la sangre se derrama sobre la superficie de la piel.
Y aunque sanan en un periodo de entre 2 y 4 semanas, para aliviarlos puedes aplicar una compresa fría para reducir la hinchazón, seguida de calor para reanimar la irrigación sangre. Aun cuando el moretón te duela, no tomes aspirinas, por que puedes hacer que el moretón permanezca más tiempo. Mejor prueba con paracetamol.
Sexo seguro: tranquilízate, y no golpees ni chupes demasiado fuerte ninguna parte del cuerpo.
Irritación
Antes del sexo recuerda en dónde tenías los dedos. Y como te enseñó tu mamá, hay que lavarse las manos antes de manipular algo delicado (y eso incluye el cuerpo de tu pareja). La salsa picante, la mugre de la calle, el aerosol de pimienta, la crema perfumada, las papas fritas, alcohol y hasta la tinta del periódico pueden irritar su piel. Esta es una de las lesiones sexuales más comunes y aunque no es muy dolorosa, puede resultar molesta y arruinar un momento erótico.
Sexo seguro: lávate bien las manos con jabón durante 15 segundos y luego enjuágate perfectamente antes de la actividad sexual.
Resequedad
En algunas ocasiones en medio del acto sexual ambos miembros de la pareja pueden presentar resequedad. Y determinados alimentos afectan la lubricación natural del cuerpo. Para mantener tu humedad interna come alimentos con mucho zinc, por ejemplo: pan integral. Cuando estés teniendo sexo, procura detenerte al primer síntoma de irritación o aspereza. De lo contrario, la actividad sexual puede resultar dolorosa, el condón podría romperse o el dolor podría propiciar una de las lesiones sexuales más molestas.
Sexo seguro: utiliza siempre lubricantes sin grasa, solubles en agua y que no irriten. Come bien y ten una buena provisión de condones a mano.
Mordidas
En un arranque de pasión de pronto alguno de los amantes pudiera sentir el deseo de comer al otro como si fuera una galleta con chispas de chocolate. Sin embargo la mordida humana puede ser muy peligrosa, dado que la boca contiene una gran variedad de microorganismos. Si te mordieron (aunque sea una mordida amorosa), limpia bien la herida con jabón y agua y aplica un desinfectante para evitar una infección.
Sexo seguro: Lávate los dientes regularmente. Y muy especialmente, antes de tener sexo. Y la próxima vez, en vez de mordidas, mejor que sean besos.
Rasguños
Un abrazo apasionado puede dejar marcas de uñas en la espalda. Los rasguños deben limpiarse de inmediato para evitar que crezca nueva piel sobre ellos. Además, si las uñas están sucias, puede quedar un tatuaje no muy sensual. Para suavizar la marca, prueba con un tratamiento contra cicatrices, como la terapia Curad Scar.
Sexo seguro: mantengan sus uñas cortas o eviten excederse al momento de los rasguños para evitar lesiones sexuales más graves.
Inflamación muscular
Si el sexo hace que los músculos se pongan tiesos, te den calambres o tirones, entonces probablemente es porque te quedaste atorado en la misma postura durante mucho tiempo. Vas a necesitar descansar y tomarte un medicamento antiinflamatorio, como la aspirina. Procura seguir moviendo los músculos, aunque sólo sea ligeramente. Cómprate un ejemplar del Kamasutra para ver si pescas nuevas ideas y puedes adoptar otras posiciones.
Sexo seguro: antes del sexo calienta haciendo sentadillas, zancadas y arrodillarse a medias.
Dolores de cabeza y mareo
Si sufres dolores de cabeza después del sexo (y esto no es una excusa para dejar de hacerlo), lo más probable es que tu cuello se haya sometido a un esfuerzo excesivo. Y lo mismo se puede aplicar a la parte superior de la espalda o los deltoides. Para relajar tus músculos, haz los movimientos con más lentitud, y respira lento y profundo. Si sientes que vas a hiperventilar, respira por la nariz, así evitarás lesiones sexuales graves.
Sexo seguro: cambia de posiciones con frecuencia y vigila tus patrones de respiración. Y finalmente, no hundas la cabeza entre el colchón y la cabecera.
Articulaciones trabadas
En caso de que la cadera o la quijada se traben, detente y tómate un descanso. Si de todas maneras te es imposible mover la articulación, aplícate un poco de hielo y presiona. Mantén tu articulación trabada en posición alta, y procura hacer movimientos ligeros. El amor siempre se puede reanudar después.
Sexo seguro: asegúrate de hacer elongaciones y calentamiento. Sal a caminar a paso rápido antes del sexo, y no después.
Quemaduras por roce
Quizás puedas ocultarlas, pero de seguro puedes sentirlas. Las quemadas por roce con las sábanas o el suelo terminan siendo pequeñas costras en las rodillas o en la espalda baja. Se trata de lesiones sexuales que no vas a notar, sino hasta después de concluir el coito, así que aplícate hielo. Si eso no basta, utiliza productos con fenol y emolientes. Estos productos evitan que la piel se cuartee y suavizan las costras.
Sexo seguro: para mayor protección, pon una almohada bajo tus rodillas y bajo la espalda de ella.
Fractura del pene o lesión de testículos
En algunas ocasiones el sexo puede ser tan vigoroso que puedes golpearte los testículos. O si el ritmo es demasiado rápido, podría resbalarse, salirse y darte un golpe durísimo. No es precisamente la sensación que esperas sentir, pero sabrás de inmediato si se llega a fracturar tu miembro.
Y aquí vale la pena advertírtelo: vas a sentir un dolor paralizante, sobre todo en el pene todo morado, e inclusive puede chorrear sangre. Quizá lo peor de todo será la auscultación del médico, porque tiene que introducir una aguja por el orificio de tu pene. Puede ser una escena escalofriante. De todas maneras, si alguna vez quieres volver a tener relaciones sexuales que puedan calificarse de placenteras, no hay nada que te salve de esa cita con el destino… y con el médico.
Sexo seguro: si ella está arriba, guíala y evita los movimientos que involucran salir y entrar a gran velocidad.
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