La actividad física implica el riesgo de sufrir lesiones deportivas. Incluso pueden afectar a quienes no practican deportes. Conoce las más comunes y cómo prevenirlas.

El deporte y el ejercicio son buenos aliados de la salud, pero todos los extremos son malos. Y hay que conocer nuestros propios límites para evitar lesiones deportivas.

El precio del esfuerzo

Aunque la vuelta a lo natural y las nuevas ciencias de la salud impulsan a la actividad física como aliado del bienestar, lo cierto es que el organismo humano no está preparado para soportar esfuerzos extremos. Los atletas olímpicos llevan a cabo preparaciones que fortalecen sus músculos, huesos, ligamentos, tendones y articulaciones para ir realizando un esfuerzo gradual, pero la mayoría de la gente realiza esfuerzos excesivos que ocasionan lesiones deportivas en diversas partes del organismo. Las más frecuentes son:

1. Lesiones neurológicas

La neuritis es una lesión deportiva que consiste en la inflamación de los nervios en cualquier parte del organismo, como resultado de su estiramiento o lesión.

Neuritis y polineuritis: Consisten en la inflamación de los nervios en cualquier parte del organismo, como resultado de su estiramiento o lesión.

Accidentes vasculares cerebrales: Pueden ser embolias o derrames intracraneales. La embolia fundamentalmente se debe al desprendimiento de placas de ateroma (aterosclerosis), localizadas en las arterias carótidas, que pueden desprenderse durante un esfuerzo excesivo y bloquear dichos vasos sanguíneos. En cuanto a los derrames, suelen deberse a rupturas de las venas, arterias o capilares cerebrales.

2. Lesiones deportivas cardiacas

El corazón debe ser preparado para el ejercicio. Cuando hay un esfuerzo extremo, que supera la capacidad física, puede ocurrir un infarto agudo del miocardio

El corazón es un músculo que debe ser preparado para el ejercicio. Cuando hay un esfuerzo extremo, más allá de nuestra capacidad física, puede ocurrir un infarto agudo del miocardio, muchas veces por oclusión de las arterias coronarias.

3. Lesiones vasculares

Las lesiones deportivas vasculares serían las várices por esfuerzo, pero pueden ocurrir en cualquier parte del organismo.

Las más simples serían las várices por esfuerzo; una de ellas es el varicocele, que afecta los testículos, pero pueden ocurrir en cualquier parte del organismo. Le seguirían la tromboembolia y la tromboflebitis, en donde un coágulo se desprende y se aloja en otro vaso sanguíneo, en cualquier parte del cuerpo (en la pierna, en el caso de la tromboflebitis). En su variedad más grave, están las rupturas de los aneurismas, o abultamientos de las paredes arteriales, principalmente de la aorta o de las arterias del cerebro, que pueden llevarnos a la muerte.

4. Lesiones ortopédicas

Los huesos y articulaciones, especialmente las rodillas, tendones y ligamentos; son muy susceptibles a lesionarse, incluso entre deportistas de alto rendimiento.

Los huesos y articulaciones (especialmente las rodillas, tendones y ligamentos) son muy susceptibles a lesionarse. Existen diferentes tipo de lesiones, como las fracturas por sobrecarga, o bien, por osteoporosis; los desgarres musculares, la tendinitis (inflamación de los tendones) las bursitis (inflamación de las articulaciones), y las artritis. Por su parte, las rupturas de los tendones pueden involucrar aun al tendón más fuerte del organismo, como lo es el tendón de Aquiles, que une los músculos de la pantorrilla con el pie;  el cual puede romperse ante un movimiento mal calculado que lo ponga en tensión extrema.

6. Lesiones deportivas de columna

Dependiendo del tipo de ejercicio que se realice, existen lesiones de las vértebras cervicales

Dependiendo del tipo de ejercicio que se realice, existen lesiones de las vértebras cervicales, que darán como resultado síntomas de tipo neurológico o neurítico del cuello hacia abajo. Dentro de las lesiones de columna causadas por deportes de esfuerzo, como levantamiento de pesas, serían las lumbares (parte baja de la columna), que pueden provocar desde una ciática o compresión del nervio ciático, hasta una parálisis. Otras lesiones son las hernias de disco intervertebrales y las fracturas de vértebra; todo ello con la gravedad que representa cada una.

7. Lesiones gastro-intestinales

Desde este punto de vista, podemos encontrar el agravamiento de las hernias diafragmáticas o hiatales, debido a un gran esfuerzo realizado que empuja las vísceras abdominales hacia el espacio pulmonar y las que ocurren dentro del abdomen, que en ocasiones pueden provocar incluso la muerte.

8. Lesiones proctológicas

Aquí la más frecuente son las hemorroides, debidas a la misma causa que las lesiones gastro-intestinales, donde se ejerce una presión sanguínea excesiva en el piso de la pelvis, que no está diseñado para soportar este esfuerzo, manteniendo una alta presión sanguínea sobre las venas del recto, que se dilatan o rompen dolorosamente.

9. Lesiones oftalmológicas

el desprendimiento de retina ante un esfuerzo muy fuerte es una lesión deportiva frecuente, riesgo que aumenta en presencia de diabetes, hipertensión arterial y obesidad.

Desde luego, el desprendimiento de retina ante un esfuerzo muy fuerte es frecuente, riesgo que aumenta en presencia de diabetes, hipertensión arterial y obesidad.

10. Lesiones intra-nasales

Las hemorragias nasales ocurren con frecuencia debido al esfuerzo, rompiéndose los capilares, o en ocasiones se forman várices dentro de la mucosa nasal. Lee también: Por qué sangra la nariz: enfermedades y causas de la hemorragia nasal

11. Lesiones de la mano

Dentro de ellas encontramos desde fracturas, luxaciones, rupturas tendinosas, neuritis, tendinitis y artritis; hasta los síndromes del túnel carpiano, tan comunes hoy en día.

12. Lesiones de la piel

Existe la posibilidad de lesiones de cualquier tipo y magnitud, debido a un roce prolongado con los aparatos con los cuales se efectúan algunos deportes, y que pueden cortar o lacerar los tejidos; produciendo lesiones como ampollas, heridas, e incluso lesiones profundas, como las tendinosas, musculares y articulares.

13. Lesiones diversas

Dentro de ellas está el debilitamiento de la pared abdominal en algunos de los sitios de fragilidad natural, como son las ingles o el área umbilical, donde se pueden provocar hernias, que si bien, a veces pasan desapercibidas, en ocasiones deberán ser tratadas mediante cirugía inmediata, por lo que constituyen urgencias médicas.

Medidas preventivas

Si quieres evitar lesiones deportivas, jamás hagas ejercicio sin calentamiento previo

La mejor lesión es la que nunca se produce. Por fortuna, los expertos recomiendan sencillas medidas preventivas, que pueden hacer la diferencia entre un ejercicio útil y que se disfrute, y otro que te mande a la cama, inmovilice, incapacite o te mande al hospital.

1. Jamás hagas ejercicio sin calentamiento previo

El calentamiento ayuda a:

  • Aumentar la temperatura corporal
  • Favorecer la irrigación sanguínea
  • Aumentar la frecuencia cardiaca y respiratoria
  • Aumentar la propiedad elástica de los músculos, tendones y ligamentos
  • Mejorar la transmisión de los impulsos nerviosos
  • Preparar los músculos para el esfuerzo

2. No hagas más de lo que puedes hacer

Trabajar hasta extenuarte, daña el sistema nervioso y puede conducir infinidad de lesiones. La condición física se obtiene de manera gradual; no tiene caso esforzarte de más para demostrar que eres muy fuerte o que estás en una excelente condición física. La regla de oro es: el cansancio es normal; la fatiga es peligrosa.

3. Antes de iniciar cualquier programa de ejercicios, practícate un chequeo general

Es increíble la cantidad de gente que ingresa a la sala de urgencias de un hospital porque físicamente no estaba preparada para el esfuerzo que supone una actividad deportiva. Cuando andas en bicicleta; por ejemplo, checas primero el estado del aparato: ¿por qué no hacer lo mismo con tu cuerpo? Créeme: te ahorrarás muchos problemas, porque de acuerdo con los resultados de los exámenes, podrás elegir el ejercicio perfectamente adecuado para ti.

4. Establece un ritmo y un horario

El ejercicio debe ser regular: no es recomendable ser deportista ocasional, o de fin de semana. La razón es simple, el cuerpo no se acostumbra a hacer ejercicio de esta manera, ni adquiere la condición física necesaria para realizarlo, por lo que se vuelve mucho más vulnerable a una lesión por esfuerzo.

5. Si algo te duele, no lo hagas

No caigas en la trampa de pensar que ese dolor en el codo cederá después de algunos raquetazos, o que ese músculo lastimado se curará milagrosamente a los pocos metros de correr. Lo cierto es que la lesión tenderá a empeorar. El dolor nos avisa que hay algo que no está funcionando bien, y es sabio captar el mensaje y reponernos antes de volver a nuestra actividad física.

6. Desacelera poco a poco

Si haces ejercicio que te provoca sudar, y dejas de hacerlo de repente, el cambio repentino en la frecuencia cardiaca puede ser peligroso; además de que los músculos dolerán más por acumulación del ácido láctico. Lo más recomendable es ir bajando el ritmo poco a poco, para que todo tu organismo desacelere y pueda recuperar la normalidad.

7. Consíguete a un instructor

Los instructores de acondicionamiento físico, de diversos deportes y programas de ejercicios, son personas especializadas en el cuidado del organismo. Toda actividad deportiva que realices debería estar supervisada por un experto, que no solamente vigilará tu grado de esfuerzo, sino, lo que es mucho más importante, te enseñará cómo hacerla sin lastimarte, ya que muchas de las lesiones deportivas se producen cuando cometemos errores en los movimientos corporales.

Recuerda: la idea es tener una buena salud a través de la actividad física, y no tienes por qué pagar el precio del esfuerzo con lesiones deportivas que, en ocasiones, puede ser demasiado alto.

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