Ejercitarte con el estómago vacío podría aumentar los beneficios para tu salud, según un estudio sobre la relación entre el horario de las comidas, la salud metabólica y el movimiento. La solución para bajar de peso podría estar en comer después de hacer ejercicio.
Por qué pueden variar tus resultados de ejercicio
Realizar cualquier actividad física es beneficioso para la salud. Sin embargo, los expertos indican que las personas pueden obtener resultados diferentes, aunque sus rutinas sean similares. No te desesperes si haces la misma rutina que tu amigo y él adelgaza más rápido. Existen diversos factores que influyen en los resultados, como la genética, la dieta, el metabolismo y, según especialistas, el horario en el que comes.
Los músculos necesitan combustible durante el ejercicio, principalmente azúcar (glucosa) o grasa. Este combustible puede provenir de nuestra comida más reciente o de las reservas del cuerpo, una vez que los azúcares y grasas llegan a nuestro torrente sanguíneo. Todos tenemos reservas, especialmente de grasa, algunas de las cuales residen en nuestros músculos.
Consecuencias de acumular grasa
Los músculos grasos no reaccionan a la insulina, que dirige el azúcar de la sangre a los músculos. Como resultado, el exceso de grasa puede contribuir a la resistencia a la insulina, niveles altos de azúcar en la sangre y un mayor riesgo de diabetes tipo 2 y otras afecciones metabólicas.
¿En qué consistió el estudio?
Los investigadores de la Universidad de Bath, en Inglaterra, comenzaron a preguntarse si comer después del ejercicio o antes podría influir en la cantidad de grasa muscular que quemamos durante el ejercicio. Para comprobarlo, reclutaron a 30 hombres sedentarios y con sobrepeso. Los evaluaron físicamente y su sensibilidad a la insulina para dividirlos en tres grupos.
Un grupo continuó su vida normal. Los otros dos grupos comenzaron una rutina de ejercicio por las mañanas, tres veces a la semana, hacían cardio en bicicleta mientras los monitoreaban con máscaras que registraban su frecuencia cardíaca, así como la cantidad de grasa y azúcar que quemaban.
Uno de los grupos también bebió una malteada con sabor a vainilla dos horas antes de su actividad, mientras que el otro grupo tomó agua con saborizante y sin calorías.
Resultados de comer después del ejercicio
Esta rutina continuó durante seis semanas. Como era de esperar, la aptitud física y la sensibilidad a la insulina del grupo de control permanecieron intactas, mientras que los hombres en ambos grupos de ejercicio mejoraron su estado físico y redujeron su cintura, aunque pocos consiguieron bajar de peso.
Sin embargo, quienes se ejercitaron con el estómago vacío quemaron aproximadamente el doble de grasa que los hombres que consumieron la malteada primero. Todos habían quemado casi la misma cantidad de calorías mientras pedaleaban, pero una mayor cantidad de esas calorías provenía de las reservas.
En general, estos hallazgos sugieren que «probablemente puedas sacar más provecho de tu entrenamiento sin aumentar la intensidad o duración, haciendo ejercicio antes del desayuno», dice Javier González, profesor de fisiología y nutrición en la Universidad de Bath, quien supervisó el estudio publicado en el Journal of Clinical Endocrinology and Metabolism.
«Cualquier actividad física es mejor que ninguna», asegura el doctor González.
También te puede interesar: Los 6 ejercicios más efectivos para hacer cardio en el gimnasio