Aceite de coco para guisar: pros y contras de usarlo en la cocina
El uso del aceite de coco para guisar se ha vuelto popular en los últimos años debido a su sabor y a la versatilidad que ofrece en la cocina. Aunque se han promocionado múltiples beneficios para la salud, algunos estudios han cuestionado su impacto positivo al ser ingerido. A continuación, los posibles beneficios y riesgos asociados con su consumo.
Aceite de coco para guisar y salud
El aceite de coco es rico en ácido lúrico, el cual es convertido en monolaurina por el organismo. Esta sustancia tiene propiedades antibióticas, antivirales y antifúngicas. Incluso hay un estudio en curso, registrado en Clinical Trials, que analiza la posibilidad de usar aceite de coco como tratamiento en personas infectadas de Covid.
Un estudio publicado por la American Diabetes Association demostró que el aceite de coco podría ayudar a prevenir la obesidad y combatir la resistencia a la insulina. Este beneficio es gracias a su contenido de grasas de cadena media.
Beneficios de utilizar aceite de coco para guisar
Algunos especialistas recomiendan consumir aceite de coco a personas con diabetes tipo 2 porque puede ayudar a controlar los niveles de glucosa en la sangre, de acuerdo con un estudio publicado en el Indian Journal of Pharmacology.
Contras del aceite de coco para guisar
De acuerdo con el Dr. Walter C. Willett, de Harvard Health, el aceite de coco contiene 90% de grasas saturadas, mientras que la mantequilla contiene el 64%. Uno de los ácidos más comunes es el láurico que eleva los niveles de colesterol malo, aumentando el riesgo de enfermedades cardíacas. Para saber más visita: 3 “Superfoods” que no son tan buenos para la salud
“No creo que el aceite de coco sea tan saludable como los aceites vegetales como el aceite de oliva y el aceite de soja, que son principalmente grasas insaturadas y, por lo tanto, reducen el LDL y aumentan el HDL”, comentó es especialista.
Los ácido grasos que componen el aceite de coco causan hígado graso, de acuerdo con un estudio publicado por la American Diabetes Association.
“Comer en exceso ácidos grasos saturados promueve el almacenamiento de grasa hepática y visceral. Mientras que el exceso energía de las grasas poliinsaturadas puede promover tejido magro en humanos sanos”, explican los autores de la investigación.
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