Realizar ejercicios de fuerza o aeróbicos no aumentará tus ganas de comer, mientras lleves una dieta balanceada.

Un grupo de especialistas ha demostrado que hacer ejercicio no aumenta el hambre. El estudio realizado por el LFE Research Group de la Facultad de Ciencias de la Actividad Física del Deporte (INEF) de la Universidad Politécnica de Madrid, analizó el efecto de practicar ejercicio en la ingesta de calorías, y cómo ayuda a combatir problemas derivados del sobrepeso y la obesidad.

“La obesidad es un problema de salud pública que se relaciona con numerosos factores de riesgo de enfermedades cardiovasculares y comorbilidades. Varios estudios afirman que el ejercicio puede modular la ingesta de alimentos y contribuir a la regulación del apetito, la ingesta total de calorías y la composición de la dieta. Sin embargo, el tipo de ejercicio que podría inducir mayores cambios fisiológicos y de conductas, relacionados con el comportamiento alimentario y la ingesta de alimentos, sigue sin estar claro”, explicó Ana Belén Peinado, una de las autoras de este trabajo.

Por qué hacer ejercicio no significa comer más

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La investigación se centró en ejercicio de fuerza, aeróbico o la combinación. Los resultados arrojaron que realizarlo no provoca mayor necesidad de ingesta calórica en personas con obesidad.

Los especialistas también concluyeron que una rutina de ejercicio a largo plazo no aumenta el consumo de energía de manera compensatoria. Es decir, mientras lleve una dieta basada en sus necesidades dependiendo peso, edad y masa muscular, el ejercicio no impactará en la alimentación.

Además se llegó a otra conclusión importante respecto al gasto energético. Es que la actividad física no planificada se asocian a un mayor consumo de proteínas, nutriente muy necesario para las personas activas.

“El ejercicio físico se reafirma como una de las mejores opciones de tratamiento coadyuvante del sobrepeso y la obesidad. Además de mejorar la composición corporal y otras comorbilidades y factores de riesgo (presión arterial, perfil lipídico, consumo de oxígeno, etc.), las personas con exceso de peso graso parecen no aumentar sus ingestas más allá de lo adecuado para mantener sus actividades diarias», añadieron los especialistas. 

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Olvídate del pretexto de que tienes que comer más por el desgaste de tu entrenamiento, pues hacer ejercicio no aumenta las ganas de comer. Solo en caso de que seas una persona activa, que al día cumpla con más de 7,500 pasos, sí aumenta la cantidad de proteína.

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