El 10 de mayo representa la oportunidad para visibilizar tres derechos para las madres, pero es urgente garantizar que todas puedan ejercerlos.

«Mamá lo puede todo, es incansable y mientras sus hijos estén bien, cualquier sacrificio habrá valido la pena…» Autocuidado, salud mental y conciencia corporal son derechos invisibilizados, porque así se alimenta el estereotipo de la madre abnegada.

Narrativa de la madre abnegada

Aunque hablar de la madre capaz de hacer todo por sus hijos podría sonar dulce y noble, en realidad encubre los más importantes derechos de las madres: el biemestar.

Aunque hablar de la madre que es capaz de hacer todo por sus hijos podría sonar dulce y noble, en realidad encubre uno de los grandes estereotipos de nuestra sociedad: la madre abnegada que renuncia al derecho de bienestar de una madre, cuya carga cultural es tan grande, que ha hecho normalizar una serie de violencias asociadas a e indisociables de la maternidad, explica María Elena Esparza Guevara, Maestra en Desarrollo Humano especializada en prevención de violencia de género.

Madres que dedican su vida a los demás

El problema de atribuir valor social a conductas que dejan en último lugar a las mamás, es que ellas se alejan del ejercicio de sus derechos por cuidar de otros.

“El problema de atribuir valor social a conductas que dejan en último lugar a las mamás, es que ellas se alejan del ejercicio de sus derechos por cuidar de otros. Todo su tiempo está dedicado a los demás y, al final del día, terminan exhaustas por la doble o triple jornada y sin posibilidad de expresar libremente sus emociones”, detalla la fundadora de Ola Violeta AC, organización que trabaja por el derecho a la conciencia corporal de niñas y mujeres.

El 10 de mayo es una buena oportunidad para visibilizar tres derechos que no forman parte de la «canasta básica» para las madres en nuestro país, pero es urgente garantizar que todas puedan ejercerlos. La autora del taller “Conciencia corporal para crear relaciones sanas” los detalla a continuación:

Derecho de las madres al autocuidado 

Una de las formas de violencia de género menos conocidas es la que se disfraza de mantener limpia la casa, cocinar para toda la familia y cuidar de los menores y mayores del hogar sin descanso, a veces después de trabajar fuera de casa. El valor del trabajo no remunerado en los hogares equivale al 27.6 por ciento del PIB, de acuerdo con el INEGI, y la mayor parte recae en las jefas de familia.

Día a día se trata de una tarea extenuante, que no deja tiempo para que las mamás tengan una rutina de autocuidado: la crianza y las tareas domésticas no deben ser responsabilidad exclusiva o mayoritaria de las madres; la corresponsabilidad es urgente.

Derecho a la salud mental

Ansiedad y depresión son los principales trastornos que afectan a las madres desde que se encuentran en el embarazo.

La OMS ha sido enfática al señalar que la siguiente pandemia será la de afecciones a la salud mental: ansiedad y depresión son los principales trastornos que afectan a las madres desde que se encuentran en el embarazo. Lamentablemente, el rol de la madre sumisa incluye nunca enojarse, no pedir ayuda cuando se siente rebasada y guardarse sus emociones para no incomodar al resto de la familia: esto va creando una bomba de tiempo que tarde o temprano cobra su factura, inclusive al cuerpo físico.

Derecho de las madres a la conciencia corporal

Un derecho de las madres es entrar en contacto con su propio cuerpo, lo que le permite estar preparada para reconocer y validar su experiencia sensorial, emocional y física.

Una mamá en contacto con su propio cuerpo es una mamá preparada para reconocer y validar su experiencia sensorial, emocional y física. Millones de mamás en el mundo han vivido creyendo que el contacto con el propio cuerpo es un lujo solo disponible para algunas. Esta es, además, una herramienta preventiva de la violencia de género, porque al desbloquearnos a nosotras mismas, podemos detectar patrones que nos dañan y fijar límites ante ellos.

Es tiempo de resignificar la maternidad para que sea un espacio seguro, no solo para los hijos o la familia, sino también para quienes eligen ser madresr. No tienen que ser las últimas, no tienen que sentir culpa por estar cansadas o enojadas, no tienen que sufrir en silencio”, reflexiona Esparza Guevara, integrante de la generación 2022 del Programa de Liderazgo de Mujeres de la Universidad de Oxford, Inglaterra.

Si eres mamá y no sabes por dónde empezar a ejercer estos derechos, la especialista pone a disposición su buzón en twitter: @MaElenaEsparza. Y recomienda el servicio de apoyo psicológico que ofrece de forma gratuita, 24/7, confidencial y a todo el país, el Consejo Ciudadano de la CDMX a través de llamada o WhatsApp en: 55 5533 5533.

No te vayas sin leer: Experiencias completas: conserva la sensibilidad y la conciencia de tus afectos a pesar de la pandemia