Sentir que algo falta y buscar constante aprobación pueden ser algunos de los hábitos que indiquen que padeces hambre emocional.

Ir al refrigerador cada vez que te siente enojado o deprimido, puede ser la primera señal de que padeces hambre emocional. Sin embargo, hay otros factores que pueden indicar que comes para resolver los problemas. Pero, ¿qué es y cuáles son sus síntomas?

¿Qué es el hambre emocional?

Cuando consumes alimentos en respuesta a tus emociones, se conoce como hambre emocional.

Cuando consumes alimentos en respuesta a tus emociones, se conoce como alimentación emocional o hambre emocional. Es decir, al comer se enciende un sistema de recompensas en el cerebro, lo que te hace sentir mejor y calmarte.

Aunque es natural y común tener una conexión con la comida, se vuelve un problema cuando este sistema de recompensas se presenta con frecuencia, o se convierte en la única forma de sobrellevar los problemas.

De acuerdo con médico psiquiatra Héctor Esquivias, el hambre emocional y la obesidad no son casos aislados, ya que “cerca del 60% de los pacientes con obesidad presentan trastornos depresivos y ansiosos”.

¿Por qué la comida ayuda a sobrellevar las emociones?

La razón principal de que se presente el hambre emocional es que al comer se libera dopamina, sustancia química que nos hace sentir bien. Además, las emociones difíciles coinciden con la sensación de vacío que se siente cuando no hemos comido.

¿Cómo se presenta el hambre emocional?

Cuando comes se libera dopamina, sustancia que genera calma y que contribuye a presentar hambre emocional.

De acuerdo con Mayo Clinic, se presenta un ciclo de malestar emocional, comida y peso. Es decir, los eventos de la vida comúnmente generan molestias que desencadenan emociones negativas (estrés, ira, miedo, aburrimiento, tristeza y soledad). Estas conducen a una alimentación emocional y a un fracaso en los esfuerzos por bajar de peso.

¿Qué desencadena comer emocionalmente?

El deseo de comer puede incrementarse al presentar:

  • Estrés laboral
  • Preocupaciones financieras
  • Problemas de salud
  • Conflictos en las relaciones interpersonales

4 actitudes relacionadas con el hambre emocional

1. Sientes de que siempre falta algo

Según Jude Treder-Wolff, trabajadora social clínica, las personas que experimentan hambre emocional, también sufren de una constante y subyacente necesidad. Con frecuencia sienten que algo les falta.

2. Buscas constante aprobación

Este hábito es el sello distintivo del hambre emocional, pues no solo se busca la aprobación. De acuerdo con Treder-Wolff, las personas con este tipo de alimentación, pretenden adaptarse a lo que otras personas quieren para mantener o establecer la conexión.

3. Evitas las emociones serias y haces cosas para sentirte “vivo”

Tener sexo casual con frecuencia puede ser un buen ejemplo de ello, ya que se reemplazan las emociones serias por una simple noche de placer.

4. Tiene problemas con los límites

Según Lori Whatley, terapeuta familiar, las personas emocionalmente hambrientas no suelen tener buenos límites o le es difícil respetarlos, debido a que siempre están buscando la aprobación de los demás.

Estrategias para tratar el hambre emocional

  1. Tómate un momento para identificar tus emociones. ¿Estás aburrido, estresado, ansioso o triste? Esto te ayudará a comprender por qué te sientes de cierta manera
  2. Encuentra formas alternativas de lidiar con tus emociones. En lugar de recurrir a la comida, haz ejercicio, medita, o habla con un amigo
  3. Practica la atención plena, lo cual implica estar consciente de tus pensamientos y emociones del momento
  4. Sigue una dieta balanceada con comidas nutritivas que te permitan mantener tu nivel de energía durante el día

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Si sientes que no puedes manejar tus emociones por tu cuenta, busca la ayuda de un profesional de la salud mental.

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