Somatización: la ansiedad puede hacerte sentir todos los síntomas del coronavirus
Aunque sientes desesperación y atravieses momentos de alto estrés, crees que has lidiado correctamente con la pandemia cuando de pronto, notas un intenso dolor de cabeza. Piensas que debes relajarte y te dedicas a hacer otra cosa, pero más tarde descubres que tienes escalofríos y comienzas a preocuparte por tener fiebre.
Entonces dedicas algunos minutos a pensar en tus últimos contactos con la gente y evaluar tus posibilidades de tener coronavirus. Concluyes que has sido responsable y mantenido el distanciamiento social, pero después de salir a tirar la basura notas que te falta el aire. Los nervios te invaden y comienzas a creer que tienes coronavirus mientras esperas un desenlace trágico:
Así se vive un episodio de somatización, un trastorno que puede llevarte a creer que tienes una enfermedad grave a causa de unos niveles altos de estrés y ansiedad, que se traducen en síntomas provocados por factores psicológicos.
La Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos define al trastorno de síntomas somáticos como un problema que se manifiesta “cuando una persona siente una ansiedad extrema exagerada a causa de síntomas físicos”:
“La persona tiene pensamientos, sensaciones y comportamientos tan intensos relacionados con los síntomas que siente, que no puede hacer algunas de las actividades de su vida diaria. Ellos pueden creer que los padecimientos médicos cotidianos son mortales”.
Somatización en tiempos de pandemia
A diferencia de la hipocondria, donde las personas desarrollan una obsesión con la idea de que tienen una enfermedad grave a partir de síntomas no diagnosticados, la somatización requiere de un factor externo para desencadenar la serie de pensamientos que conducen a los síntomas.
Aunque estadísticamente el trastorno de síntomas somáticos se presenta más en personas jóvenes (antes de los 30 años) y tiene una mayor prevalencia en mujeres, durante esta pandemia los factores externos de riesgo como la declaración de emergencia sanitaria y la sobreexposición a noticias se multiplican. Y por lo tanto, elevan las posibilidades de pasar por un episodio somático.
A pesar de que estos síntomas tienen un origen psicológico causado por un estado de ansiedad extrema, su manifestación es completamente real y en el caso de COVID–19, algunas personas pueden experimentar dolor de cabeza intenso, dificultad para respirar e incluso fiebre, todo sin tener esta enfermedad.
Cómo evitar el trastorno somático y reducir la ansiedad
Una de las estrategias para evitar caer en la somatización es evitar la sobreexposición a noticias sobre el coronavirus, especialmente cuando se trata de adultos mayores o personas con episodios de ansiedad o depresión. Además, mantener una rutina en medida de lo posible, con horarios establecidos para despertar, comer y volver a la cama ayuda disminuir los niveles de ansiedad.
Cuando se trata de menores de edad, lo mejor es acercarse a ellos y hablar claramente sobre la pandemia, sin intentar ocultar algún aspecto de la misma. Escuchar sus miedos e inquietudes, permitirle que expresen sus puntos de vista sobre la situación, cómo se sienten al respecto y qué les preocupa ahora o en el regreso a la normalidad. Estos ejercicios les ayudarán a reducir la tensión y la somatización, y a mantener una conexión emocional que inspire seguridad al menor.
Consulta la sección especial para niñas y niños en el sitio sobre coronavirus del Gobierno de México para ver material y distintas clases de apoyo.
Si crees que necesitas hablar con algún profesional o pasas por un momento de ansiedad, la UNAM ofrece al público su Centro de Atención Psicológica a distancia en el número 55 5025 0855, mientras que el CONADIC (Comisión Nacional contra las adicciones) pone a la disposición de cualquier persona el teléfono 800 911 2000 y contacto vía Twitter y Facebook las 24 horas del día.