Aprende a hacer de la comida rápida una comida más saludable con estos consejos. Y disfruta de los alimentos sin culpa ni remordimientos.

Está demostrado que las dietas muy restrictivas provocan una relación poco sana con la comida. Cerrar la puerta en definitiva a un platillo –especialmente si es considerado práctico y sabroso, como la comida rápida– puede provocar antojos, adicciones y hasta sentimientos de arrepentimiento y culpa después de comerlo.

Lo mejor es encontrar un balance entre tus comidas favoritas y lo saludables que son. Pero, ¿cómo dar un giro a alimentos famosos por su alto contenido de grasas o carbohidratos? Descubre cómo comer hamburguesas, tocino y hasta helado, sin culpas.

1. El huevo, ¿tan malo como parece?

El huevo tiene poca incidencia sobre el nivel de colesterol en sangre, si se consume con moderación.

Desde hace algunas décadas se ha considerado al huevo como el enemigo declarado de las dietas contra el colesterol (contiene 214mg), aunque la gente no sabe que también aporta fosfolípidos que frenan su absorción, por lo que, según el Instituto de Estudios del Huevo, tiene poca incidencia sobre el nivel de colesterol en sangre, si se consume con moderación.

Debido a su elevado valor nutritivo, una persona sana podría ingerir entre 4 y 7 huevos a la semana en el marco de una dieta cardiosaludable. Uno de sus mayores beneficios es la gran cantidad de proteínas que posee, que son de gran calidad, se digieren fácilmente y tienen un alto valor biológico, además de que satisfacen más pronto el apetito, lo que hace que el individuo tenga menos hambre a lo largo del día.

De las 72 calorías que tiene un huevo, las claras sólo contienen 16, por lo cual es recomendable prepararlo tibio, frito en poca grasa o en un omelette, mezclando 3 claras de huevo por cada yema, y enriquecerlo con verduras. Y en lugar de queso, sazonarlo con salsas o hierbas, con el propósito de que realmente sea una opción para bajar de peso.

2. Pizza, ¡comida rápida aunque estés a dieta!

Las pizzas caseras son un plato fácil de preparar y de gran aceptación, y pueden llegar a ser más sanas y tener menos calorías según los ingredientes que elijas para su elaboración.

Las pizzas caseras son un plato fácil de preparar y de gran aceptación, y pueden llegar a ser más sanas y tener menos calorías según los ingredientes que elijas para su elaboración. La base contiene fundamentalmente hidratos de carbono complejos (al igual que el pan, arroz, pastas, legumbres y papas), por lo cual es conveniente utilizar harina de trigo integral para elaborarlas, a fin de asegurar el aporte de fibra requerida.

Y para que en verdad sea dietética y evite subir de peso, agrega además carnes magras picadas, pescados (como el atún en agua), jamón serrano, pollo o pavo, vegetales y quesos magros. Estos ingredientes de origen animal, aportan proteínas de calidad y en cantidades suficientes.

3. Tocino, también considerado comida rápida

Cuando comas tocino (también parte de la comida rápida), checa que sea canadiense (proveniente del lomo), ya que contiene solo una tercera parte de grasa en comparación con el regular

El tocino es muy rico en proteínas (84%) y aporta gran cantidad de calorías (6730 Kcal), pero por su alta composición grasa, hay que comerlo con moderación. Sabemos que una tira de tocino regular enriquece el platillo, pero también es cierto que proviene de la parte más grasosa del animal. ¿Qué hacer entonces para consumirlo sin consecuencias?

Cuando comas tocino, checa que sea canadiense (proveniente del lomo), ya que contiene solo una tercera parte de grasa en comparación con el regular. El tocino de lomo aporta gran cantidad de proteínas, pero con menos calorías que el tocino blanco. Y por ende, tiene menos grasa. Consúmelo horneado o frito, sin aceite. 

4. ¿Hamburguesa o filete? ¡Los dos!

A la hora de elegir carne para hamburguesas o preparar albóndigas, lo realmente importante es saber elegir la mejor: carne magra. Se trata de una perfecta opción para bajar de peso, porque es una excelente fuente de proteínas. Y un tip extra: dado que la digestión de proteínas es más lenta, hace que te sientas satisfecho durante un periodo más largo, lo cual evitará que comas sin control al poco tiempo. Otros estudios en Australia han demostrado que las proteínas de la dieta pueden reducir el hambre.

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Adquiere sólo carne magra y evita aquella que tiene grasa visible. Y si es para preparar hamburguesas, pide que te la muelan dos veces frente a ti. Independientemente de que se trate de una hamburguesa o de un filete, es básico que limites el tamaño de la porción: 85 gramos deben ser suficientes.

5. Helados sin subir de peso

El consumo de 100g del helado supone un aporte máximo del 15% del total de calorías que necesitamos diariamente, así que puede integrarse a la dieta sin ningún problema.

El contenido de proteínas del helado y su riqueza en aminoácidos esenciales, permiten separarlos del concepto de golosina, ya que se ha demostrado que puede ser un complemento de una merienda saludable, o bien parte de una comida o de una cena, pues constituye una excelente fuente de calcio, proteínas y vitamina B2 (en los helados con base láctea).

Muchas personas excluyen el helado de sus dietas por su aporte calórico y el supuesto aumento de peso que trae. Sin embargo el consumo de 100g del helado con más valor energético, supone un aporte máximo del 15% del total de calorías que necesitamos diariamente, así que pueden integrarse a la dieta sin ningún problema.

El calcio de los lácteos fortalece los huesos, y tanto la vitamina D como el ácido linoleico conjugado ayudan a prevenir el cáncer, pero también contienen grasas saturadas, por lo que el sistema mexicano de equivalencias recomienda el consumo de 2 lácteos por día. 

Y recuerda: si quieres más, entonces come algo descremado o bajo en grasa, y nunca olvides que la moderación es la clave.

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