Las tentaciones le ponen cierto sabor a la vida, pero, en la mayoría de los casos no respondemos a ellas, especialmente a las sexuales, por un sin fin de razones, entre ellas está la fidelidad a la pareja. Sin embargo no podemos controlar los impulsos de las demás personas y puede que alguno de los dos decida ser infiel.
Puede pasar por una atracción física banal, o puede ser una conexión más profunda entre tu pareja y la otra persona, incluso si se cree que la relación va bien. ¿Qué determina que sea infiel? Muchos factores, algunos insospechados. Y no, no se vale tomarlos como pretextos.
Causas de la infidelidad
1. Baja autoestima
Sea por edad o por circunstancias especiales, en que se sienten sin atractivos, bajo de pilas y motivaciones, el hecho de que alguien que excita sexualmente a otra persona demuestre que su interés, es un reconstituyente maravilloso. Esto en sí ya eleva varios grados los niveles de autoestima. Dependiendo de qué tan fuerte sea la necesidad de reafirmación, se puede llegar a ser infiel, o las cosas se quedarán como están.
2. Problemas con tu pareja
Tu pareja ya no te dice ni te demuestra que te ama. O te sientes abandonado, porque pone todas sus actividades antes que a ti. O la vida sexual de ambos se ha ido básicamente al diablo. El enojo, tristeza, y la vulnerabilidad son factores importantes cuando la tentación aparece en este momento específico, y puede ser que la infidelidad se asome en ese momento. Entérate en: Cómo saber si tu relación está fracasando porque tienen poco sexo
3. Insatisfacción sexual
Sí, claro, porque quizá no se obtiene lo que la gente cree necesitar. O, simplemente, son las ganas de experimentar con otras cosas y personas. Una buena forma de evitar estas problemáticas es hablar con la pareja, especialmente sobre los sentimientos para resolver esas aparentes necesidades que no se están cumpliendo. Te puede interesar: Micro-engaño: qué es y cómo descubrir si tu pareja lo está haciendo
4. Deseo de escapar de la rutina
Tu vida es gris. De la casa al trabajo y del trabajo a la casa. Siempre lo mismo, en un patrón interminable de repeticiones. Y tú estás aburrido y frustrado hasta las lágrimas. Entonces, te das cuenta de una presencia que, con sólo mirarte, borra toda tu apatía. En casos así, es posible resistirlo todo, menos la tentación.
5. Una aventura ocasional
Estás de viaje de trabajo, lejos de toda supervisión. Conoces a alguien en el bar del hotel. Hay atracción, hay tentación. Y en un momento dado, te haces la reflexión fatal: “Bueno, ¿por qué no? Nadie se va a enterar y nunca la voy a volver a ver”. Y la reflexión, te lleva a la sumisión. ¿Qué puede pasar? Descúbrelo en: Infidelidad: Cómo recuperar la confianza después de un engaño
6. Ser infiel, más que una tentación
Detrás de cada atracción física puede haber algo más fuerte, una conexión más profunda, y la relación comienza a ser sexo-afectiva y en caso de no ser honesto con las dos personas involucradas hay una verdadera posibilidad de quedar como el perro de las dos tortas. Te puede interesar: Tipos de infidelidad: más allá de una aventura sexual
7. Ser o no infiel…
El dilema puede ser fuerte. Si las tentaciones no fuesen peligrosas, si no llevasen un riesgo implícito, no serían tan interesantes. El secreto aquí es no ceder a los impulsos que pueden echar a perder la vida y calcular el costo del riesgo-beneficio de ser infiel. Tú sabes si esa tentación peligrosa merece que eches por la borda una relación que podría tener remedio. Así que evalúa lo que puedes perder, y si estás dispuesto a pagar el precio. Y si caiste y todavía te interesa esa relaciçon, lee: Los 4 pasos para salvar tu relación de pareja después de una infidelidad
Y recuerda: los frutos prohibidos suelen verse deliciosos, pero a veces, pueden causar una fuerte indigestión.