La carne de cerdo es muy beneficiosa para tu salud y es doblemente sabrosa cuando se sabe escoger, guardar y cocinar.

En el mundo de la gastronomía, pocos ingredientes son tan versátiles y deliciosos como la carne de cerdo. Ya sea en asados jugosos, tiernos filetes o deliciosos platillos elaborados, este ingrediente ha conquistado paladares en todo el mundo. Sin embargo, la carne de cerdo es mucho más que su sabor exquisito; su valor nutricional puede llevar tu experiencia culinaria al siguiente nivel.

Carne de cerdo, ¿benéfica o perjudicial?

Ya sea en asados jugosos, tiernos filetes o deliciosos platillos elaborados, este ingrediente ha conquistado paladares en todo el mundo

Durante décadas, la carne de cerdo fue considerada dañina debido a la infección intestinal que causaba un parásito de este animal: cisticercosis. No obstante, la disminución de la prevalencia de esta enfermedad ha cambiad el panorama gracias a las certificaciones que garantizan la higiene de las granjas, lo que ha contribuido a aumentar su consumo.

Al someterse a estas evaluaciones, se observó que el consumo de esta carne rica en complejo B y potasio, contribuyó a elevar el nivel de grasas buenas o insaturadas por encima de las saturadas (65 sobre 35), así como a disminuir el porcentaje de colesterol (25% de la ingesta diaria recomendada en 100 gramos). Estos beneficios son importantes para mantener en buen estado el sistema nervioso y la presión arterial.

Cómo adquirir carne de cerdo en supermercados

Las propiedades de la carne de cerdo están relacionadas con la forma en que la seleccionamos antes de comprarla.

Las propiedades de la carne de cerdo están relacionadas con la forma en que la seleccionamos antes de comprarla. Diego Braña y María Salud, investigadores en ciencia de la carne, comparten con algunos consejos útiles:

  • Busca carne de tonos rosados a cereza, ya que esta carne sólo se torna blanquecina cuando se cocina y debe tener una textura firme al tacto
  • Adquiérela en tiendas de autoservicio o carnicerías que la mantengan refrigerada y cuenten con la certificación Tipo de Inspección Federal (TIF) o American Pure Pork
  • Verifica que esté vigente la fecha de caducidad y que las piezas no se vean “sudadas”, obscuras o pegajosas
  • Pide que la empaquen en las porciones que consumirás cada día, para que la descongeles conforme la consumas
  • Cuando vayas al súper, cómprala al final para que se conserve fría y conserve su valor nutrimental, calidad y frescura
  • Si vas a tardar más de media hora en regresar a casa después de comprarla, colócala en una hielera portátil para que se conserve fría

Cómo almacenar la carne de cerdo

Uno de los factores clave para conservar la calidad de la carne es mantenerla fría hasta su preparación y consumo. Aquí la recomendación de los mismos especialistas:

  • Congela la carne de cerdo en recipientes poco profundos y con tapa, en cuanto llegues a casa. Esto auda a que los cortes se enfríen más rápido.
  • Refrigérala un día antes de su consumo para que los cristales de hielo que se forman al congelarla, se deshagan lentamente y la carne no se desjugue.
  • No descongeles la carne a temperatura ambiente. La parte superior se calienta y los microbios comenzarán a desarrollarse cuando el centro aún permanezca congelado.
  • No la vuelvas a congelar una vez descongelada. Perderá su jugosidad y nutrimentos
  • Pide que la empaqueten en las porciones que consumirán cada día para facilitar su descongelación
  • Acomodar esas piezas de acuerdo a la fecha en que se compraron y consúmelas en ese orden.

Cocínala sin afectar su sabor

La correcta manipulación de la carne de cerdo es esencial para reducir el riesgo de infecciones, aprovechar su nivel de grasas y disfrutarla al máximo. Durante un evento organizado por la Asociación U.S. Meat Export Federation, se dieron algunos consejos para lograrlo.:

  • Si se compró en un lugar donde no se haya manejado con higiene, lavarla bajo el chorro de agua y desinfectar la tarja después (por aquello de las salpicaduras).  
  • Utiliza técnicas de cocción que no requieran grandes cantidades de aceite, pan molido, huevo o harina, para mantener la calidad cardiosaludable de su comida.
  • Disfrútala en término medio (aquel en el cual la capa exterior se sella y el centro queda entre rosa y rojo), sólo cuando tenga alguna certificación.
  • Cocínala u ordénala en término ¾ (cuando el rosa del centro de la pieza se pone un poco blanco, pero conserva sabor y jugosidad), si no sabes con certeza de donde proviene
  • Si el corte de carne tiene un alto porcentaje de grasa visible, se recomienda retirarla antes de cocinarla. En caso de que sea un corte magro, se puede dejar un poco de grasa para evitar que la carne se seque durante la cocción.
  • Evitar sobrecocinarla (cuando se ve totalmente blanca), porque se pondrá tiesa, sabrá seca, será difícil digerirla y producirá pesadez.
  • Evita comer la carne de cerdo cruda, pues puede estar contaminada con salmonella del rastro, una bacteria que sólo muere al cocinarse a temperaturas que pasan los 65°C).
La carne de cerdo es una excelente opción debido a su sabor y versatilidad en la preparación. Es una excelente fuente de proteínas y nutrimentos esenciales y una opción más económica que otras carnes, lo que la hace ideal para comidas familiares y eventos sociales.

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