¿Por qué no bajas de peso por más horas que pasas sudando en el gimnasio? La respuesta podría ser más simple de lo que crees...

Seguramente te ha sucedido: comienzas una nueva rutina de ejercicio, tienes un nuevo entrenador que te ayudará a alcanzar tus objetivos, pero hay un problema, no bajas de peso. Un estudio publicado en The American Journal of Nutrition puede explicarte porqué la relación entre las rutinas y la pérdida de peso es una interacción frustrante.

Cambios en el estilo de vida

De acuerdo con la investigación, muchas de las personas que comienzan a hacer ejercicio no sólo no lograron bajar de peso, sino que ocurre justo lo contrario, esto se debe a que los cambios no sólo se dan con la actividad física, también necesitan cambios radicales en su estilo de vida.

Y aunque la lógica de realizar ejercicio y bajar de peso parece no tener fallas, existen otras variables que se tienen que tomar en consideración, por ejemplo, cuando comenzamos a hacer ejercicio nuestro cuerpo pide una mayor cantidad de calorías al no estar acostumbrado a la actividad física. Eso lleva a que comamos en mayores cantidades y descansemos más, lo que puede provocar un aumento de masa corporal.

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Aunque no parezca justo, el metabolismo humano es caprichoso y muchos estudios previos han demostrado que la mayoría de los hombres y mujeres que comienzan nuevas rutinas de ejercicio bajan solo cerca del 30 o el 40 por ciento del peso que esperarían perder, dada la cantidad de calorías adicionales que están gastando con el ejercicio.

Ante esto, un grupo de investigadores determinó que la razón principal es que muchas personas consideran que el hacer ejercicio limpia los antojos que puedan surgir después de la actividad física.

“En efecto, sentían que estaba bien cambiar un comportamiento por otro”, dice Timothy Church, profesor adjunto de Pennington que dirigió el nuevo estudio, en entrevista con el New York Times. “Es como pensar: ‘Si corro ahora, me merezco esa dona después’”.

Sin embargo, hay una esperanza al final del túnel. A pesar de que el índice metabólico se mantiene igual en reposo, se puede evitar subir de peso evitando esa galleta extra o el puñado de cacahuates que se te antojan.

“Estamos hablando de apenas cien calorías. Eso son alrededor de cuatro bocados de casi cualquier alimento”, comenta el Dr. Church.

Entonces, si se espera perder peso con ejercicio, se debe poner mucha atención a lo que se come. Es momento de tener fuerza de voluntad y evitar ese antojo. No comer esos cuatro bocados puede comenzar a marcar la diferencia no sólo en tu pérdida de peso, sino en formar un hábito que acompañará el resto de tu vida.