Según la ciencia ¿por qué ayudamos a los demás?
Ayudar a otros no es una motivación que solo suceda en los seres humanos adultos, ocurre desde la infancia y también en otras especies. En animales, los biólogos y etólogos lo han estudiado a fondo por ejemplo en simios, delfines y elefantes.
En los seres humanos, la empatía ha sido ligada a la actitud de ayuda, cuando somos pequeños durante los primeros meses de vida aún no podemos tener una diferenciación entre el malestar propio o ajeno. La tendencia innata a reaccionar ante el sufrimiento de otros se modifica a lo largo del tiempo y se transforma en actitudes de ayuda, esto solo es posible en un proceso madurativo. Son los refuerzos positivos, la responsabilidad social, la reciprocidad, el sentido de justicia social y los aspectos emocionales los que nos llevan a ayudar a otros.
¿A quiénes es más probable que ayudemos?
Según distintas investigaciones de Psicología social, es más probable que ayudemos a las personas que nos resultan atractivas, quienes tienen características que nos agradan. También ayudamos más a los extraños pero de nuestro propio País, a las personas de nuestro círculo social por la semejanza y sentido de pertenencia e identidad (aunque se debate si es realmente altruista ayudar a alguien con quien se tiene un sentimiento de identidad). También ayudamos a las personas que creemos merecen ayuda; los enfermos, quiénes tienen problemas, a quiénes algo les esté pasando algo. Y lo hacemos aún más cuando notamos que tenemos capacidades para brindar la ayuda.
El dar las “gracias”
El que la persona a la que has ayudado te dé las “gracias” es un refuerzo positivo que activa de inmediato tu potencial altruista. Lo que agrega una motivación fundamental al captar las necesidades de otros y emplear todos tus recursos para seguir ayudando, cooperar y trabajar en conjunto.
No todas las personas quieren que se les ayude
También existen algunas dificultades en el intercambio de ayuda, el recibir ayuda puede tener también un costo según las Teorías de la reactancia e identidad social. Por ejemplo cuando la ayuda es en una sola dirección puede crear una sensación de diferencia de poder. En algunas personas recibir ayuda puede generar una apreciación de pérdida de libertad y una sensación de obligación a corresponder la ayuda recibida, por lo que se pueden tener sentimientos de hostilidad por recibir ayuda. Lo que refleja distintas dificultades de la autoestima de las personas que están recibiendo ayuda.
La actitud de beneficiar a los demás es un reflejo de la empatía
Beneficiar a los demás por ejemplo reciclar la basura es parte de nuestras actitudes pro sociales.
Ángel Gómez y Elena Gaviria han hecho una recapitulación sobre la Conducta de ayuda. Revisan las explicaciones, escalas y avances que se han logrado sobre el tema.
¿Eres empático? Valora lo siguiente:
- Muestras habilidad en comprender el punto de vista de otra persona, tienes sentimientos de compasión y preocupación por aquellos que sufren consecuencias negativas.
- Te percibes angustiado y con sentimientos de disconformidad cuando eres testigo de las experiencias negativas de otros.
- Logras identificarte con personajes, libros, películas y juegos. Con las emociones y situaciones de otros.
Sí logras percibir en ti este tipo de reacciones interpersonales, ya cuentas con habilidades empáticas básicas.
El brindar ayuda es una actitud muy valorada en nuestra sociedad. También aprenderla a dar o recibir cuando verdaderamente se necesita es un indicador de progreso emocional. Identifica cuáles son los motivos por los que personalmente te gusta brindar apoyo a otros y también el impacto que ha tenido la ayuda que has brindado o has recibido.
Este balance entre autonomía y dependencia, entre generosidad y tu capacidad de pedir ayuda marca la diferencia en los recursos emocionales con los que puedes ser resiliente.
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