Adicción al porno: un trastorno real con efectos psicológicos y de pareja
El internet se ha convertido en la biblioteca más grande del mundo, con información y contenido de todo el mundo incluyendo contenido gráfico sexual, y como todo, su sobreconsumo puede causar adicción al porno que trae consigo grandes problemas emocionales y para relacionarse con las demás personas, incluyendo las parejas.
Varios estudios han puesto de manifiesto la forma en que el consumo de contenidos pornográficos puede tener consecuencias a nivel cerebral, causando que sus consumidores desarrollan conductas adictivas propiciadas por las grandes cantidades de dopamina liberadas mientras consumen porno.
La dopamina es un neurotransmisor que se encarga de varias funciones cerebrales como la memoria, la atención, el sueño, el humor, lo que hace que las personas se sientan alegres, satisfechas y motivadas, también tiene que ver con el deseo y apetito sexual de las personas.
Efectos psicológicos de la adicción del porno
Como cualquier otra, la adicción al porno puede empezar con un falso sentido de control y responsabilidad de su consumo, además de la forma en cómo influye el contenido en su vida diaria; sin embargo, lo que realmente sucede es que la mayoría puede verse influido negativamente llegando a mostrar reacciones de ansiedad y pérdida de control.
Otro efecto negativo es que en la mayoría de los hombres, este contenido contribuye a la aceptación y normalización de la violencia contra las mujeres por las imágenes en las que se degrada o se violenta a alguna de ellas:
“Uno de los efectos negativos descritos, sobre todo en hombres, es la contribución a la aceptación de la violencia contra las mujeres por las imágenes en las que se las degrada o se muestran escenas violentas contra ellas”. explicó Fátima León Larios Profesora de Enfermería en la Salud Reproductiva de la Universidad de Sevilla, en su artículo de The Conversation.
Efecto en las relaciones de pareja
Esto se debe a que no se trata solamente de la búsqueda del contenido, sino que éste influye en las prácticas y educación sexual masculina. Muchos lo encuentran y consumen en soledad, otros en compañía. Algunas parejas quieren experimentar nuevas sensaciones, lo que puede mejorar la satisfacción sexual y comunicación, en otras aumentó la inseguridad al buscar expectativas no realistas hacia la pareja.
Uno de los ejemplos principales de esta situación es moda del rasurado genital, ignorando que el vello púbico puede tener una función de protección frente a las infecciones. Sin embargo, la expectativa provocada por este contenido es que todas las mujeres lleven el vello de esta forma, además de que tengan vulvas como las que se presentan en el porno, causando una burda imitación de lo que se ve en cualquiera de los videos para adultos.
Por otro lado, la adicción al porno también fomenta tener sexo desprotegido, pues la mayoría de las escenas y producciones presentan actores sin preservatiso, glorificando las sensaciones de tener relaciones sexuales sin protección.
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La mejor forma de combatir esta adicción es a través de programas dirigidos a jóvenes donde se aborden sus inquietudes en torno al sexo y se desmitifiquen cuestiones arraigadas en el imaginario social.