Los 9 mitos más famosos sobre el ejercicio que debes dejar de creer
Como en todas las áreas de la vida, en la práctica deportiva también circulan una gran variedad de falsos mitos o leyendas urbanas, que pueden perjudicar a quienes realizan diversas rutinas de ejercicio, en vez de beneficiarlo.
Desde lesiones que se pudieron evitar con un buen plan de ejercicio y la ayuda de un instructor, hasta generar un desbalance nutricional por seguir una dieta bajada de Internet. La mejor forma de evitarlos es conocer la verdad detrás de estos mitos del ejercicio:
Mito: El yoga puede ayudar con todo tipo de dolor de espalda
Verdad: Si bien es cierto que puede ayudar, no es igual para todo el tratamiento del dolor. Si está asociado con el músculo y fortalecer el núcleo, pueden ser útiles los estiramientos y algunas posiciones. Pero si se trata de un disco roto, u otro problema, no ayuda; incluso, podría lesionar más y provocar dolor agudo. Lo mejor es consultar con un médico.
Mito: Si no se suda, no fue suficiente el ejercicio
Verdad: No necesariamente, ya que la sudoración es una forma de enfriamiento del cuerpo. Las glándulas sudoríparas producen el sudor y regulan la temperatura corporal. En todo caso, sudar mucho significa que se han quemado calorías. Te puede interesar: No ayuda a adelgazar y otros datos que desconocías del sudor
Mito: Correr en una banda pone menos tensión en las rodillas, que correr en el asfalto
Verdad: De acuerdo con los expertos, la fuerza del peso corporal en las articulaciones de las rodillas es la misma cuando se corre en la calle, que en una caminadora. En tanto que la forma real de reducir el impacto en las rodillas es mezclando las carreras con otras actividades, como andar en bici, o usar una máquina elíptica de ejercicio.
Mito: La natación es una actividad que ayuda a perder mucho peso.
Verdad: Falso, a menos que se nade durante horas y horas al día. Además de que nadar es el tipo de ejercicio que suele dar mucha hambre, que de no controlarse, podría echar a perder la dieta. En tanto que lo que sí es real, es que tonifica los músculos, elimina el exceso de tensión y aumenta la capacidad pulmonar.
Mito: El ejercicio aeróbico aumenta el metabolismo durante horas, después de dejar de hacerlo
Verdad: Si bien esto es cierto, la cantidad de calorías quemadas no es estadísticamente significativa, pues sólo se queman 20 calorías adicionales por día. Mientras que después del entrenamiento de fuerza, sí hay un poco más de impulso metabólico.
Mito: Las máquinas son una manera más segura de hacer ejercicio, porque en ellas se hace lo correcto en todo momento
Verdad: Falso, pues aunque pueda parecer que automáticamente el cuerpo se pone en la posición correcta, y por lo tanto, todos los movimientos se hacen bien, esto solo ocurre si la máquina está bien ajustada según el peso y la altura que se tengan; o si se tiene un entrenador que la ajuste adecuadamente.
Mito: Si hay dolor, hay ganancia
Verdad: No solamente es falso, sino uno de los mitos que más daño pueden hacer, ya que mucha gente puede llegar a esforzarse tanto, hasta sentir dolor, que se lesiona severamente. De hecho, según los expertos, nunca debe haber dolor mientras se realiza una actividad física. De lo contrario, será indicativo de que no se está haciendo bien, o de que ya se está presentando una lesión, por lo que hay que parar, descansar, observar la evolución del dolor. Y si persiste, visitar al médico.
Mito: Tras una larga ausencia, al volver al ejercicio hay que trabajar duro
Verdad: Esto puede llegar a ser un error. Y es que hacer mucho ejercicio, demasiado pronto, solo porque uno se siente bien, puede causar una lesión, sobreentrenamiento, desgaste y hasta malestar o una enfermedad, con grandes posibilidades de quedarse fuera del juego, otra vez.
Conocer estos mitos al hacer ejercicio puede evitar que exijas de más a tu cuerpo y tanto físicamente, como mental y en calidad de nutrición, muchas veces el mejor entrenamiento es el que se hace con un conocimiento profesional, además del funcionamiento del mismo cuerpo.
Puedes leer también: Elíptica, bicicleta o caminadora: cómo elegir una máquina de ejercicio para sudar