Según The Children's Company, las redes sociales son un factor importante en que los niños cada vez se sientan más infelices

Las redes sociales han transformado la forma en que los niños y adolescentes se comunican, aprenden y se entretienen. Sin embargo, cada vez más estudios científicos y expertos en salud mental alertan sobre un impacto negativo profundo en el bienestar emocional de los menores. Conoce cómo los niños y las redes sociales están vinculados a un aumento sin precedentes en la infelicidad y problemas psicológicos en las últimas dos décadas y media.

El impacto de los niños y las redes sociales en su salud mental

Diversas investigaciones recientes han confirmado que el uso creciente de redes sociales precede y potencia síntomas de depresión en niños y preadolescentes.

Diversas investigaciones recientes han confirmado que el uso creciente de redes sociales precede y potencia síntomas de depresión en niños y preadolescentes. Un estudio de la Universidad de California en San Francisco, que siguió a casi 12,000 niños entre 9 y 13 años, encontró que el tiempo diario dedicado a redes sociales pasó de 7 minutos a más de una hora, mientras que los síntomas depresivos aumentaron un 35% en ese periodo. Este vínculo se explica porque las redes sociales activan el centro de recompensas del cerebro, generando una dependencia a los «me gusta» y notificaciones, pero sin ofrecer una satisfacción real y duradera.

Afectación de las habilidades sociales en los niños

El uso excesivo de las redes sociales reduce el tiempo que los niños dedican a actividades saludables como el ejercicio, hobbies o la interacción cara a cara, afectando su autoestima y habilidades sociales.

El uso excesivo de estas plataformas reduce el tiempo que los niños dedican a actividades saludables como el ejercicio, hobbies o la interacción cara a cara, afectando su autoestima y habilidades sociales. El fenómeno conocido como «FOMO» (miedo a perderse algo) también genera ansiedad y presión para encajar en comportamientos riesgosos o participar en retos virales. Por si fuera poco, la exposición constante a imágenes idealizadas y contenido negativo puede distorsionar la autoimagen, especialmente en niñas, aumentando la inseguridad y la insatisfacción corporal.

Cómo los niños y las redes sociales afectan sus relaciones

El impacto de las redes sociales no solo es emocional, sino también social. Pasar demasiado tiempo en línea puede impedir que los niños desarrollen habilidades esenciales para la comunicación presencial, como interpretar el lenguaje corporal, iniciar y mantener conversaciones o entender el contexto social. Esto puede traducirse en un distanciamiento afectivo y una pérdida de la capacidad de escucha, elementos fundamentales para relaciones saludables.

Acoso cibernético en los niños por las redes sociales

Las redes sociales facilitan el acoso cibernético, que está asociado a depresión, soledad e incluso suicidio en niños y adolescentes. Los niños también corren riesgos de seguridad al interactuar con desconocidos que pueden tener intenciones dañinas, un peligro que se agrava cuando no existe supervisión parental adecuada. La falta de control y diálogo entre padres e hijos sobre el uso de estas plataformas puede agravar estos problemas.

Estrategias para mitigar los efectos negativos

Frente a este panorama, es fundamental que padres, educadores y profesionales de la salud mental trabajen juntos para fomentar un uso responsable y equilibrado del celular y las redes sociales entre los niños. Algunas recomendaciones clave incluyen:

  • Establecer límites claros y horarios para el uso de dispositivos y redes sociales, evitando su uso antes de dormir para no afectar el sueño.
  • Promover actividades fuera de línea que fortalezcan la autoestima y las habilidades sociales, como deportes, artes o juegos en grupo.
  • Mantener un diálogo abierto y constante con los niños sobre sus experiencias en línea, enseñándoles a identificar riesgos como el acoso o la publicidad engañosa.
  • Supervisar y acompañar el uso de redes sociales, especialmente en menores de 14 años, para prevenir la exposición a contenidos inapropiados y proteger su privacidad.
  • Modelar un comportamiento equilibrado y saludable respecto al uso de redes sociales por parte de los adultos en el hogar.
La evidencia científica es contundente: los niños y las redes sociales están creando la generación más infeliz en los últimos 25 años. El aumento del tiempo en estas plataformas está asociado a un incremento significativo en síntomas de depresión, ansiedad y problemas sociales en los menores. Sin embargo es posible mitigar estos efectos negativos y aprovechar los beneficios que las redes sociales pueden ofrecer.

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