Avon alza la voz: la historia de una víctima de intento de feminicidio, un viaje de supervivencia: María (cuyo nombre fue cambiado para proteger su identidad), es una joven llena de sueños que, como muchas, creyó encontrar el amor en Lalo. Al principio, todo parecía un cuento de hadas: él era encantador, atento y contaba con la aprobación de su círculo cercano. Pero, como revela la desgarradora historia de María, la violencia de género a menudo se disfraza de romance.
De la agresión verbal, a la física

Poco a poco, la verdadera personalidad de Lalo comenzó a emerger: celos enfermizos, posesividad asfixiante, intolerancia y, finalmente, agresiones físicas brutales. Aislada de su familia mientras estudiaba medicina fuera de su casa y de su ciudad, María se mudó con Lalo, un paso que la acercó aún más al peligro.
Una simple salida de María con sus amigas desató la furia de Lalo, quien la atacó verbal y físicamente, acusándola de infidelidad y degradándola con insultos misóginos. A partir de entonces, los episodios de violencia se hicieron más frecuentes y severos, culminando en una paliza brutal que la dejó aterrada y silenciada. El miedo la paralizó, impidiéndole buscar ayuda o denunciar a su agresor.
En medio de este infierno, María recibió la devastadora noticia del infarto cerebral de su padre. En su lecho de muerte, él le hizo prometer que se casaría con Lalo, un mandato que ella cumplió, a pesar de saber que no era el camino a la felicidad. Esta decisión, impulsada por el amor filial y la presión social, la ató aún más a su destino de sufrimiento.
Intento de feminicidio

La violencia escaló hasta un intento de feminicidio: Lalo intentó estrangular a María, dejándola inconsciente. Este evento traumático marcó un punto de inflexión en su vida. Sin embargo, cuando buscó apoyo en una amiga, se encontró con la negación y la justificación de la violencia por parte de su agresor…
Después de años de maltrato y silencio, María encontró la valentía para dejar a Lalo, pero las heridas emocionales y los traumas eran profundos. María experimentó síntomas de TEPT (Trastorno de Estrés Postraumático) que incluyen ansiedad, depresión, impulsividad y disociación.
La transformación de María: de víctima a voz de esperanza
Hoy, María es una sobreviviente de intento de feminicidio y una guerrera. A través de la campaña de Avon contra la violencia de género, comparte su historia con valentía y transparencia, buscando inspirar a otras mujeres a romper el silencio y buscar ayuda. Su testimonio es un recordatorio de que la violencia de género puede afectar a cualquier mujer, sin importar su edad, nivel socioeconómico o educación.
Un día para recordar y honrar a las víctima de feminicidio

El 8 de marzo nos brinda la oportunidad de recordar a las víctimas de feminicidio y honrar su memoria. Cada nombre, cada historia, representa una vida truncada por la violencia machista. Este día nos impulsa a reflexionar sobre las causas y consecuencias de estos crímenes, así como a exigir justicia para las víctimas de feminicidio y sus familias.
Visibilizar una realidad dolorosa
Hablar de feminicidio el 8 de marzo ayuda a visibilizar una realidad que a menudo se invisibiliza o minimiza. El feminicidio no es un hecho aislado, sino el resultado de una cultura de misoginia y desigualdad que permea nuestras sociedades. Al ponerlo en el centro del debate, podemos generar conciencia y promover un cambio social.
Las heridas invisibles: trauma psicológico y feminicidio

El trauma psicológico resultante del feminicidio es multifacético. Las familias de las víctimas a menudo experimentan:
- Duelo complicado, donde la pérdida repentina y violenta de una mujer impide el proceso de duelo natural.
- Estrés postraumático, que implica revivir el evento, tener pesadillas y sufrir ansiedad constante de forma constante.
- Sentimientos de culpa y vergüenza, cuando la familia puede sentir que no hizo lo suficiente para proteger a la víctima.
- Desconfianza, donde se ve afectada profundamente la fe en la justicia y en la seguridad personal.
- Problemas de salud mental, que pueden abarcar episodios de depresión, ansiedad y abuso de sustancias.
- Trastorno de Estrés Postraumático (TEPT) y sus efectos, como la disociación, adicciones, ideas suicidas, trastornos alimentarios, ansiedad e impulsividad.
Para comprender mejor los efectos del trauma psicológico, es útil consultar fuentes confiables como la Organización Mundial de la Salud, que ofrece información detallada sobre el estrés y sus consecuencias para la salud mental.
Factores de riesgo del feminicidio
- Violencia doméstica: donde el indicador clave es el maltrato físico, psicológico y sexual en la pareja.
- Acoso y hostigamiento: que se presenta cuando acoso callejero, laboral y en línea pueden escalar a agresiones más graves.
- Control y celos: cuando el comportamiento posesivo y el intento de aislar a la mujer son señales de alerta.
- Desigualdad de género: que indica que las normas sociales que perpetúan la subordinación de la mujer, contribuyen a la violencia.
- Impunidad: por la falta de investigación y sanción efectiva de los delitos de violencia de género, enviando un mensaje de permisividad.
Enfoque integral para prevenir al feminicidio a través de:
- Educación: promover la igualdad de género y desmantelar estereotipos desde la infancia.
- Sensibilización: concienciar sobre las diferentes formas de violencia de género y sus consecuencias.
- Protección: ofrecer recursos y apoyo a las mujeres en situación de riesgo, como refugios y líneas de ayuda.
- Justicia: investigar y sancionar los delitos de violencia de género de manera efectiva y oportuna.
- Empoderamiento: fortalecer la autonomía y la capacidad de decisión de las mujeres.
Estrategias de apoyo para sobrevivientes y familias
El proceso de sanación después de un feminicidio es largo y complejo, pero posible. Algunas estrategias de apoyo incluyen:
- Terapia individual y grupal: Ayuda a procesar el trauma, desarrollar mecanismos de afrontamiento y reconstruir la vida.
- Apoyo emocional: Brindar un espacio seguro para expresar sentimientos, compartir experiencias y sentirse comprendido.
- Asesoramiento legal: Facilitar el acceso a la justicia y garantizar la protección de los derechos de las víctimas.
- Redes de apoyo: Conectar a las sobrevivientes y familias con otras personas que han pasado por experiencias similares.
- Atención médica: Ofrecer servicios de salud física y mental para abordar las secuelas del trauma.
- Espacios de autocuidado: Fomentar actividades que promuevan el bienestar y la resiliencia, como el arte, la meditación o el contacto con la naturaleza.
Si tú o alguien que conoces necesita ayuda, no dudes en buscarla. Organizaciones como ONU Mujeres ofrecen recursos y programas para abordar la violencia de género a nivel mundial. Contacta a las organizaciones locales especializadas en violencia de género o llama a la línea de emergencia de tu país. ¡Juntos podemos hacer la diferencia! |
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