El autocuidado holistico es la tendencia integral que ya superó al deporte y es mucho más que una moda pasajera. Es un enfoque integral que busca nutrir y equilibrar todos los niveles del ser humano: cuerpo, mente, emociones y espíritu.

La industria del bienestar está dejando de ser un nicho aspiracional para convertirse en un eje estructural de la economía global mediante el autocuidado holístico. En tiempos donde el estrés crónico, la desconexión social y los entornos urbanos agitados son moneda corriente, las personas —sobre todo las nuevas generaciones— están buscando algo más que entretenimiento o bienes materiales: buscan sentirse bien por dentro y por fuera. Y ese giro está generando uno de los mayores movimientos de capital en el consumo global actual.

El auge del autocuidado holístico en la economía global del bienestar

Autocuidado holístico: la tendencia integral que ya superó a deporte y es mucho más que una moda pasajera.

Según el último reporte del Global Wellness Institute, la industria del bienestar alcanzó un valor estimado de 6.32 billones de dólares en 2023, superando incluso a gigantes como la industria farmacéutica o deportiva. Lo que antes era considerado un «lujo» o «complemento», hoy es una prioridad en la canasta de gasto de millones de personas.

Esto no es casualidad. Durante la última década, y particularmente tras la pandemia, el bienestar holístico se ha transformado en un commodity emocional: se vende, se compra, se construye, se presume y se persigue como nunca antes.

¿Cómo juega/consume bienestar cada generación? 

El autocuidado holístico implica marca que el cuerpo y la mente ahora estén al centro de la experiencia social.

Un análisis reciente de Bank of America reveló un cambio significativo en los patrones de gasto de las generaciones más jóvenes. Durante febrero de este año 2025, el gasto en fitness creció un 7% interanual —el mayor salto en 18 meses—, superando incluso el gasto en bares y pubs.

Esto no significa que las fiestas hayan muerto, sino que el cuerpo y la mente ahora están al centro de la experiencia social. El entrenamiento físico, la alimentación consciente, los suplementos, las terapias alternativas ya no son temas de élite, sino puntos de encuentro y pertenencia.

Y, si bien los Baby Boomers siguen liderando el gasto en belleza, son los millennials y Gen Z quienes están haciendo del autocuidado protagonista en sus rutinas y una expresión cultural/social. 

Cómo las nuevas generaciones impulsan el autocuidado holístico como estilo de vida


La historia del beauty tuvo un protagonismo icónico en el 2008, en que los economistas acuñaron el término effect para explicar por qué, a pesar de la recesión, el gasto en cosméticos aumentaba: la gente buscaba “pequeños lujos” que les dieran sensación de control o mejora. Y del pasado al futuro, hoy, algo similar ocurre, pero en una dimensión más integral. Del efecto lipstick al “efecto colágeno”.

La tendencia del cuidado holístico está siendo liderada por generaciones digitalizadas que no solo consumen productos skin care y servicios, sino que también los integran en su identidad y narrativa personal.

Estamos viviendo lo que podría llamarse un efecto colágeno: una tendencia donde la inversión en suplementos, skincare, terapia, entrenamiento y productos antienvejecimiento crece incluso en tiempos de incertidumbre económica. La diferencia es que ahora el bienestar no es solo estético, sino funcional, preventivo pero sobre todo emocional.

Y, a diferencia del pasado, esta tendencia está siendo liderada por generaciones digitalizadas que no solo consumen estos productos y servicios, sino que también los integran en su identidad y narrativa personal. Este fenómeno no se reduce a gimnasios o centros de meditación. Hablamos de una economía transversal que involucra: tecnología, alimentación, inmobiliario, turismo, moda, belleza, por mencionar algunos de los pilares principales.  

Desafíos para emprendedores en la economía del autocuidado holístico

Para los emprendedores, creadores de contenido, inversores y gobiernos locales, la economía del bienestar es una plataforma de innovación y desarrollo. Desde startups de suplementos, pasando por estudios boutique de entrenamiento funcional o iniciativas de urbanismo saludable, el potencial es gigantesco.

Las ciudades que comprendan esta transición podrán convertirse en hubs de talento, creatividad y desarrollo. Los negocios que se adapten, construirán comunidades fieles y sostenibles. Y los profesionales que integren conocimientos de wellness y tecnología serán los nuevos referentes del bienestar del futuro.

En un mundo donde la salud mental y física son cada vez más frágiles, el bienestar ya no es opcional. Es un criterio de inversión, un motor de productividad y una ventaja competitiva.

El autocuidado holístico es el nuevo indicador económico, no es una tendencia pasajera: es una reconfiguración de las prioridades humanas. Y quien la entienda a tiempo, podrá no solo surfear la ola, sino liderarla.

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Fernando Martire es comunicador con 10 años de experiencia en las industrias de Alimentos, Medios, Moda y Bienestar y Fitness, gestionando Bienes de Consumo Empaquetados y Servicios de Bienestar.