La mayoría de los hombres tienen una noción errada del placer y la sexualidad femenina. Se trata de una serie de imprecisiones que tienen su origen tanto en la pornografía consumida en la adolescencia como sinónimo de educación sexual, como en la falta de comunicación, confianza e interés por conocer qué es lo que sus parejas desean y esperan de ellos en la cama.
El tabú de hablar sobre el placer se mantiene vigente en la educación sexual y también es responsable de que un sinfín de hombres desconozcan la anatomía básica de su pareja, como la ubicación precisa del clítoris o que este órgano (dedicado exclusivamente al placer) posee más del doble de terminaciones nerviosas que el pene, su contraparte masculina. Te puede interesar: 10 Cosas que no debes hacer en la cama o matarás el deseo
1. La penetración no basta
La mayoría de los hombres considera que una relación sexual placentera para las mujeres conlleva solamente la penetración; sin embargo, las estadísticas demuestran que el coito por sí mismo es altamente deficiente como medio para alcanzar un orgasmo femenino.
Según datos de los Archives of Sexual Behavior, más del 75% de las mujeres nunca ha alcanzado un orgasmo únicamente con penetración, mientras que el 95% de los hombres puede lograrlo de esa manera.
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No hace falta una explicación sofisticada para saber porqué la distribución del placer resulta tan dispar dependiendo del sexo. Basta con aceptar que el orgasmo femenino es único y sus características hacen que sea más complicado de alcanzar por dos factores esenciales: las mujeres que temen –o encuentran innecesario– guiar a su pareja sobre su anatomía, sensaciones y placeres, pensando de forma burda que ellos deben saberlo de antemano y los hombres que creen que la vagina funciona de forma idéntica a un pene. También lee: 5 secretos científicamente comprobados para aumentar tu atracción sexual
Todo lo anterior lleva a los hombres a una serie de malinterpretaciones que podrían llegar a frustrar la vida de una pareja en la cama. Conoce cuáles son los principales errores y lleva a otro nivel:
2. Sí, hay sexo sin penetración
Uno de los peores errores de un hombre es creer que sexo es igual a introducir el pene en la vagina sólo para meterlo y sacarlo una y otra vez. Existe un universo de sensaciones más allá de la penetración vaginal, que inicia desde el instante en que la mente imagina un escenario erótico y puede prolongarse por caminos tan excitantes como inesperados. Una sesión intensa de petting, sexo oral, estimulación del clítoris o anal puede ser igual o más placentera que la penetración vaginal.
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3. No siempre habrá orgasmo
El orgasmo es caprichoso y requiere de condiciones especiales para aparecer que varían de mujer a mujer. Un encuentro puede ser de lo más placentero y no llegar al clímax. Una relación sexual sin orgasmo femenino no está mal y lograrlo no debe convertirse en una obsesión que lleve a los hombres a estimular el clítoris o penetrar frenéticamente, eso sólo lo alejará más.
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4. Hay distintos tipos de orgasmos
A través de la estimulación del clítoris, la vagina o el cérvix: existen distintos tipos de orgasmos que varían en intensidad, placer y duración según la zona que se estimule. No hay una receta mágica para alcanzar el orgasmo, ni un instructivo que especifique qué puntos tocar para lograrlo.
5. ¿Cómo conseguir un orgasmo?
No obstante, la estadística y la ciencia pueden ayudar con algunas pistas: según los Archives of Sexual Behavior, la fórmula más utilizada por las mujeres para alcanzar el clímax consistió en una sesión sexual que incluya besos apasionados y duraderos, estimulación genital manual, recibir sexo oral y penetración vaginal, todo en un mismo encuentro.
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Ante todo, lo más importante para llevar una vida sexual plena es comunicarte con la confianza suficiente con tu pareja, hacerle saber de tus deseos, fantasías, de todo lo que disfrutas así como lo que no te gusta durante el sexo. Al final, no todo es culpa de los hombres; las mujeres también son responsables de su placer y nunca está de más ayudarle su pareja a conocer mejor sus gustos en la cama.
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